En el corazón de las Cataratas del Iguazú, un restaurante nació de la crisis y se convirtió en un referente gastronómico de la región.

De la crisis a la oportunidad

En 2006, cuando el mundo se encontraba en medio de una crisis económica, un grupo de emprendedores argentinos decidió apostar por un proyecto ambicioso: construir un restaurante en la zona de las Cataratas del Iguazú. Lo que comenzó como un baldío, se transformó en un edificio emblemático que hoy es reconocido por su arquitectura y su propuesta gastronómica.

La idea surgió de una empresa dedicada a la exportación de madera, que debido a la crisis se vio obligada a buscar nuevas oportunidades en el mercado interno. Con la construcción de este restaurante, no solo encontraron una forma de mostrar su capacidad, sino que también contribuyeron al desarrollo de la región.

"Al principio, enfrentamos muchos desafíos. La construcción en una zona tan turística fue complicada, y encontrar proveedores de calidad en una región relativamente remota también fue un reto. Pero con perseverancia y mucho trabajo en equipo, logramos superar todos los obstáculos." - Jorge, uno de los propietarios.

Sabores de la región con un toque internacional

Uno de los mayores desafíos del restaurante fue lograr satisfacer los paladares de un público diverso, compuesto por turistas nacionales e internacionales. Para ello, los propietarios realizaron un exhaustivo estudio de mercado y descubrieron que los visitantes buscaban, por un lado, experimentar los sabores auténticos de la región y, por otro, encontrar opciones más internacionales.

Así, la carta del restaurante ofrece una amplia variedad de platos, desde carnes argentinas de alta calidad hasta pescados frescos del Litoral, pasando por opciones vegetarianas y platos internacionales. Además, se pone especial énfasis en la utilización de productos locales y de temporada, lo que garantiza la frescura y la calidad de los ingredientes.

Un equipo comprometido y apasionado

Detrás del éxito de este restaurante se encuentra un equipo humano altamente capacitado y comprometido. Los cocineros, muchos de ellos con más de una década de experiencia en el lugar, trabajan en conjunto para ofrecer una experiencia gastronómica única a cada comensal.

La empresa ha demostrado un gran compromiso social, manteniendo a su personal durante la pandemia y priorizando el bienestar de sus empleados. Además, se ha involucrado en diversas iniciativas comunitarias, como la compra de productos a productores locales y el apoyo a artistas regionales.

Una experiencia gastronómica inolvidable

Durante nuestra visita, tuvimos la oportunidad de degustar una variedad de platos que nos sorprendieron por su sabor y presentación. Comenzamos con una entrada "Antipasto Misionera" que nos permitió probar los sabores típicos de la región. La croqueta de surubí fue especialmente deliciosa.

Como plato principal, elegimos el Dorado de Fondant de Berberechos y mejillones, una combinación exquisita de sabores del mar. El Ojo de Bife con Salsa de Pimienta también fue una excelente elección, acompañado de ñoquis a la Romana Gratinados.

Para finalizar, disfrutamos de una degustación de postres, entre los que destacaron el "Aqva de Chocolate", el mousse de maracuyá y el "Cayucayari", un postre típico misionero a base de yerba mate.

Hoy en día, este restaurante es mucho más que un simple lugar para comer. Se ha convertido en un ícono de la región, un punto de encuentro para turistas y locales, y un ejemplo de cómo la pasión, el trabajo en equipo y la adaptación a las circunstancias pueden llevar al éxito. Su historia es una inspiración para todos aquellos que buscan emprender y hacer realidad sus sueños. Un viaje gastronómico por Argentina en cada bocado, eso es lo que ofrece este restaurante.

Si estás buscando una experiencia culinaria inolvidable en las Cataratas del Iguazú, no puedes dejar de visitarlo.