Barra Chalaca es un restaurante peruano que se destaca por su temática inspirada en las tradicionales barras cebicheras, sus porciones abundantes y precios accesibles. A cargo del chef Gastón Acurio, lo más llamativo del lugar es la decoración, con cuadros homenajeando al club atlético Chalaco, objetos náuticos que nos dan las primeras pistas sobre la especialidad del lugar y las frases pintadas al estilo mural donde se leen los platos estrella. Tiene una barra disponible a todo el público para observar la creación de cada obra maestra.

Es imposible no registrar este maravilloso local situado en la esquina de Arévalo y Niceto Vega, en el corazón de Palermo, Buenos Aires. Está completamente vidriado, spoileando un poco la travesía de sus platos, bien iluminado y con un resplandeciente cartel que deletrea Barra Chalaca y se aprecia mejor de noche. Es recomendable ir temprano, incluso los días de semana frescos y lluviosos se pueblan de parejas, momentos en familia y reuniones entre amigos. Mientras se chusmea la carta, la bebida de la casa Curatodo hace más dulce la espera.

Para comenzar el recorrido culinario, el local ofrece tiraditos y cebiches los cuales se destacan por ser la pesca del día. El plato más llamativo es el cebiche del puerto de pescado, con chicharrón de calamar y tortita de choclo para una bomba de sabores que conquistarán tu paladar. También tienen causas, sanguches, chicharrones y una selección de piqueos pensados para compartir. Si no le temes a lo picante, los wantacos rellenos de tartar de trucha y palta nikkei son la elección perfecta. Entre los favoritos están las empanadas chalacas, rellenas de picante de langostinos; la leche de tigre con sus yuquitas; las tortitas de choclo, acompañado de su cebichito cremoso de mariscos; y los suikaos del mar al vapor, con salsa de maní y ají de chifa.

Pasando a los platos principales, encontramos chaufas y arroces, pastas y pescados enteros de estilo frito, sudado a la norteña, a la chorrillana y nikkei. Nuestra elegida fue la chaufa nikkei: arroz salteado al wok con vegetales, langostinos y camotito, su gusto particular proviene de la salsa de caracol y la criollita que le da un frescor al plato.

Una sabia sugerencia que nos dio el capitán del salón, Carlos Hurtado: limpiar el paladar antes de cada comida con el vino blanco y el tinto de la casa, producido por la bodega Zuccardi, y utilizar cuchara. La travesía cambia por completo.

El final dulce llega de la mano de los postres Suspiro Limeño y la torta Tres Leches. Aunque la favorita de la noche fue la torta de chocolate, rellena de dulce de leche y bañada de fudge, el bizcochuelo húmedo logra que no sea empalagosa.

Sin dudas, Barra Chalaca es una experiencia única que los apasionados por la comida deben tener. Si bien se especializan en la pesca del día, hay platos vegetarianos para no dejar a nadie fuera de este bagaje gastronómico.

Dirección: Arévalo 1392, Palermo.

Horario: todos los días de 12:30 h a 00 h.

Instagram: @barrachalacaarg